lunes, 5 de marzo de 2018

De mayor quiero ser Puta

Puta es una palabra que me ha acompañado toda la vida, a mí y a todas

Puta por rebelarme 
Puta por responder
Puta por callarme
Puta por decir lo que siento
Puta por disfrutar de mi cuerpo
Puta por no acatar 
Puta por ir desnuda
Puta por ir vestida 
Puta por no tener relaciones sexoafectivas ajustadas a la “norma”
Puta por Amar
Puta por dejar de Amar
Puta por seducir
Puta por ser mas fuerte que ellos
Puta por hacer lo que me da la gana
Puta por no reproducir el rol establecido
Puta por exigir que se me reconozca
Puta por transformar
Puta por sentirme satisfecha
Puta por ejercer mis derechos
Puta por actuar desde la Libertad
Puta por existir 

De hecho considero que si ser Puta hace referencia a todo eso, de mayor quiero ser mas puta si cabe, quiero seguir desacatando normas estúpidas, rebelándome contra un sistema de poderes que no reconozco como propio, quiero seguir disfrutando de mi cuerpo y mi sexualidad sin límites, quiero que se me reconozca y se me valore, quiero decir sí cuando lo sienta y decir no cuando me dé la gana, quiero ser la única dueña de mi vida y no depender de nadie, quiero tener mi propia opinión y poder defenderla con vehemencia e insolencia, quiero en definitiva ser y estar en el mundo como yo decida y no como me impongan, porque si no ser Puta significa siempre ceder, perdonar, ser buena y obediente y olvidarme de mí, que se olviden, yo Puta hasta que me muera, con orgullo y satisfacción, al fin y al cabo solo las mujeres que transgreden la norma, las mas putas en el buen sentido de la palabra, serán las que transformaran el mundo.


Rosa Casas







Mi nombre es Rosa Casas, mi esencia activista, feminista y revolucionaria  y mi objetivo acabar con la dominación masculina en todos los ámbitos, incluído en el sexual.
Siempre defendí la igualdad, desde que me recuerdo abanderaba el feminismo en mi instituto sin saber que era feminista.
Profesionalmente hace 10 años que doy clases de género e igualdad en la universidad, en varios centros de formación, y en la asociación de la que soy fundadora y alma –DHIDES-.  Diez años hablando con mujeres y hombres para comprender el impacto del género en nuestras actitudes y comportamientos. Diez años pensando que todas las mujeres que sufren violencia estan casadas con el mismo macho cabronazo. Diez años indignada por la poca concienciación y sensibilización que hay sobre este tema, el del género, el de la violencia de género. Diez años viendo como cuando hablo de igualdad me tildan de radical feminista porque existen resistencias patriarcales que destruyen la argumentación y la reflexión y siguen anclándose en creencias irreflexivas impuestas. Diez años contaminando de igualdad los espacios que habito, porque si hay una manera de destruir este sistema machista es empezando a visibilizar desigualdades una misma. No me voy a esperar a que lo hagan por mí.

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