lunes, 20 de febrero de 2017

El impacto del género en la práctica sexual. Violencia sexual no es sólo violación

“yo descubrí que podía tener un orgasmo a los 28 años” (Mujer de 44 años)

“cada vez que tenía sexo sentía asco, sentía que hacía algo sucio” (mujer 35 años)

“es normal ceder, si él quiere sexo, aunque yo no quiera,lo hago por él, porque lo quiero” (mujer 26 años)

“claro que insisto cuando quiero sexo, si no lo hiciera no follaría nunca –risas-“ (hombre 22 años)

“el sexo no tiene porque estar relacionado con el amor, es una necesidad fisiológica” (hombre 54 años)

El género masculino, el del reconocimiento, el del poder, el del prestigio, de manera inconsciente aprende el mundo en base a sus necesidades y desde un lugar de dominación.

Generalmente los machos integran este género masculino, príncipes valientes espada en mano, protagonistas de cuentos y series de televisión que tienen un papel principal, los que deciden e imponen. No obstante algunas hembras, no conformes con su género femenino vulnerable, por motivos de supervivencia en un mundo altamente machista también pueden masculinizarse y reproducir el mismo rol que los machos, éstas serán las marimachos, la marimandonas, las prepotentes, las soberbias, las insolentes, las rebeldes y una serie de adjetivaciones con connotaciones negativas por haber “osado” no seguir la pauta de lo que les tocaba, ser gráciles, amables y delicadas.

El género femenino se construye con los opuestos al masculino, delicadeza, temor, prudencia, obediencia, sumisión, sensibilidad, generosidad. Este género se construye para cubrir las necesidades del masculino –cuidar- y también se aprende de manera inconsciente. Las hembras aprenden a ser mujeres “com cal” a través de los mensajes implícitos en cuentos, series de televisión, canciones, “si eres bella y buena conseguirás el amor” pero ¡ay de ti! si no cumples con esta pauta nadie te va a querer. Algunos machos aprenden el género femenino, son más sensibles, no les gustan los juegos rudos, y obviamente estos machos feminizados también reciben la agresión de los machos alfa masculinizados, maricón, nenaza... porque sencillamente todo lo femenino carece de valor y reconocimiento en una sociedad machista y se legitima la violencia hacia lo femenino, llegando incluso a justificarla “como no te van a violar si vas vestida así”, “seguro que lo has provocado”, ”si haces lo que él dice no pasa nada, obedece y todo irá bien”... y no va bien, porque mantener a un género oprimido no es síntoma de una sociedad sana, igualitaria y justa.

Como experiencia práctica he realizado talleres en institutos, grupos de mujeres, he acompañado a más de un centenar de mujeres en situación de violencia y habré formado a más de un millar en género. Cada año pido a mi alumnado de la URV que me entregue una autobiografía sobre “el impacto del aprendizaje del género en su trayectoria vital” y es terrorífico observar como la mayoría de las mujeres ha sufrido violencia sexual, porque al final tener sexo solo para complacer las necesidades de él y por su insistencia es violencia, y pocas mujeres –por no decir ninguna- se han visto libres de esa coacción emocional que hemos asumido como normal.

Seguro que si eres mujer en alguna ocasión has escuchado estas frases “si no follas conmigo es porque no me quieres”, “me has puesto caliente ahora tienes que acabar la faena”, “eres una frígida”, “si no quieres sexo conmigo es porque seguro que estás con otro”, no se respeta desde lo masculino las decisiones de lo femenino, si digo NO y no es NO, la insistencia hasta conseguir el objetivo –follar- es violencia, violación encubierta, porque al final no era deseo de ella tener sexo, sólo cedió para no perder su amor, para que no se enfade, para que se calle ya.

Y a esta situación de dominación se suma la forma en que entendemos el sexo, ellos entienden el acto sexual como un echo mecánico “meto-saco- me corro”, “aquí te pillo - aquí te mato” cuyo objetivo es la penetración y la eyaculación (falocéntrico), este sexo mecánico y falocéntrico no satisface a las mujeres, aunque lo practiquen, y sufren en silencio sus consecuencias. Un elevado porcentaje de las mujeres con las que he hablado, aproximadamente un 80%, de 16 a 90 años, afirman que en alguna ocasión “sí se han sentido violadas por su pareja” y cuando hay una separación o por fin se visibiliza la situación de violencia, lo que más les cuesta expresar son las interminables veces que cedieron a relaciones sexuales no deseadas solo porque creían que es lo que debían hacer, porque temían su ira, porque no sentían que tuvieran otra opción.

En una de las clases impartidas en la URV en la que analizábamos la práctica sexual desde la perspectiva de género y a quien beneficia esta práctica sexual en exclusiva -a ellos-, un grupo de chicos se sintió agredido porque afirmaban abiertamente que insistir hasta conseguir su objetivo, sexo, no era violencia; mientras ellas intentaban hacerles entender que la insistencia les resultaba incómoda. Cuando yo utilicé el concepto violencia y dije que insistir para conseguir sexo mediante coacción emocional era violencia, se ofendieron y se fueron. Este ejemplo viene a poner de relieve la falta de toma de conciencia sobre nuestras acciones cotidianas y como se normaliza la violencia incluso en las relaciones sexuales, porque como así es, como así se ha echo toda la vida ¿no debe de ser malo, no?

Y sí, muy señores míos, sí es tóxico y nocivo para las mujeres el sexo mecánico, falocéntrico y sin tener en cuenta las necesidades de ellas, porque se reproduce la misma falta de valor y reconocimiento que en los demás ámbitos de este mundo machista. Se nos limita el placer cuando nos convierten en puros objetos carnales, se nos daña, se nos invisibiliza y sólo somos objetos pasivos. Es necesario para lograr satisfacción sexual dejar de ser objetos para pasar a ser sujetas activas y eso sólo lo conseguiremos tomando conciencia.

Mientras sigamos aprendiendo desde la dominación masculina no hay lugar para la equidad, el reconocimiento, la valoración igualitaria, el placer. Si lo que hago yo mujer es siempre cuestionable, por puta o por frígida, por activa o por pasiva, por gritar o por callarme, por pedir que me tengan en cuenta o por tener en cuenta también mi placer, no saldremos nunca de esta trampa y seguiremos reproduciendo relaciones sexuales insatisfactorias para las mujeres.

Machote entérate, yo no me corro porque sea una frígida, no me corro porque lo que tu me das NO ME SATISFACE. Aprende a verme, a valorarme, a amarme, a follar y juntos “veremos las estrellas”.



Rosa Casas

Mi nombre es Rosa Casas, mi esencia activista, feminista y revolucionaria y mi objetivo acabar con la dominación masculina en todos los ámbitos, incluido en el sexual.
Siempre defendí la igualdad, desde que me recuerdo abanderaba el feminismo en mi instituto sin saber que era feminista.
Profesionalmente hace 10 años que doy clases de género e igualdad en la universidad, en varios centros de formación, y en la asociación de la que soy fundadora y alma –DHIDES-. Diez años hablando con mujeres y hombres para comprender el impacto del género en nuestras actitudes y comportamientos. Diez años pensando que todas las mujeres que sufren violencia están casadas con el mismo macho cabronazo. Diez años indignada por la poca concienciación y sensibilización que hay sobre este tema, el del género, el de la violencia de género. Diez años viendo como cuando hablo de igualdad me tildan de radical feminista porque existen resistencias patriarcales que destruyen la argumentación y la reflexión y siguen anclándose en creencias irreflexivas impuestas. Diez años contaminando de igualdad los espacios que habito, porque si hay una manera de destruir este sistema machista es empezando a visibilizar desigualdades una misma. No me voy a esperar a que lo hagan por mí.

lunes, 6 de febrero de 2017

Identitat de gènere i orientació

Et seré sincer. He començat a escriure aquest text vint-i-tres vegades tenint més o menys clar què era el que volia dir-te però no acabava de trobar la manera perquè no sé en quin moment et trobes en la teva història de vida, ni com ets, quines opinions tens... i tot això em provoca tot un seguit de neguits a l'hora de parlar de certs temes. No sabia si fer un text més aviat acadèmic o bé més emocional però no volia caure en el sensacionalisme. Així doncs, si m'ho permets, t'explico els dos conceptes que volia desenvolupar i a partir d'aquí tractaré de compartir amb tu aquells dubtes que em plantegen i pels quals no tinc resposta. Et convido a ser crític i crítica amb allò que estàs a punt de llegir, parlo des de la meva experiència i des del meu punt de vista és senzillament una interpretació de la realitat que visc.

Els dos conceptes amb els quals vull començar són, per una banda, l'orientació sexual que és l'atracció física, emocional i psicològica cap a un home, cap a una dona o cap ambdós sexes (trobaràs d'altres definicions, aquesta és del psicòleg Joe Kort) l'altre concepte és el d'identitat sexual que és, l'assumpció de la teva orientació sexual; un cop te n'adones què és el què t'agrada, experimentes, vius la teva orientació sexual i et reconcilies amb ella (en el cas que hi hagis estat en conflicte) pots identificar-te amb ella i per tant viure-la d'una manera expressada (al cap i a la fi és posar-te l'etiqueta amb la que més còmode et sents: "gai","lesbiana","bi", "trans","kiwi"... )

PERÒ. Si miro les vides d'amics i amigues, si miro la meva vida, si miro la vida dels diferents usuaris i usuàries que he anat atenent veig que la teoria està molt ben acotada però que la realitat té la curiosa costum de defugir de conceptes que tot sovint tanquen a la persona en una caixa. Voldria plantejar-vos dues de les grans preguntes que ja fa temps que em faig al parlar de tot això: la primera és, què passa quan el teu entorn no et permet desenvolupar la teva orientació/identitat? La segona és, què passa quan jo no encaixo en cap etiqueta o no hi vull encaixar?

Analitzant el primer plantejament ens trobem que la majoria de teories desenvolupades respecte al procés d'assumpció de la pròpia identitat culminen amb l'expressió de la mateixa tant internament, és a dir, ser capaç d'acceptar i estimar la pròpia orientació així com ser capaç de relacionar-se obertament a través de la mateixa, procés que coneixem com a "sortida de l'armari" (J.Kort). És una necessitat humana viure de manera lliure els sentiments que ressonen dins nostre i si parlem de quelcom tan important com la sexualitat d'una persona, és encara més palesa, per tot allò en el qual la sexualitat influeix (autoestima, autoconcepte, vincles afectius...) Com a tècnic que treballa en aquest àmbit i també com a persona homosexual, he fet un procés personal d'acceptació i expressió de la meva sexualitat i he tractat que els usuaris i les usuàries que he acompanyat tinguessin les eines per poder-ho fer però amb el pas del temps m'he adonat que tot sovint la realitat és més complexa, que aquest discurs tot sovint és un discurs elitista, exclusiu per a persones d'un nivell socioeducatiu i socioeconòmic concret . He acompanyat a moltes persones que per la seva procedència, per exemple, eren totalment incapaços de sortit de l'armari i tampoc era possible allunyar-se de la seva xarxa personal tot i ser-li totalment contraria i perjudicial per motius econòmics, per exemple. I què vol dir això si ens ajustem a la teoria? que la persona no ha culminat el seu procés? Que no pertany al grup dels "gais o les lesbianes o els bis guays" que desfilen en les manifestacions de l'orgull i que s'associen a la militància LGTBI perquè han finalitzat el procés d'acceptació de la identitat? Classifica aquest model a homosexuals o bisexuals de primera i d'altres de segona? Perquè és així. Es dona en moltíssims casos una discriminació lateral entre persones del mateix col·lectiu quan algú no ha sortit de l'armari o no manifesta la seva orientació sexual de manera oberta etiquetant-lo de "reprimit" o de "homofòbia interioritzada" però que passa quan no és possible viure de manera oberta la pròpia sexualitat? Realment no han arribat a la maduresa de la pròpia identitat? O és que els nostres barems estan fets des d'un nivell socioeconòmic i socioeducatiu concret que no ens permet veure més enllà? I la pregunta més difícil; què hem de fer nosaltres davant d'això? No tinc respostes per aquestes preguntes però el que sí que tinc clar és que es precisen uns serveis i uns recursos que garanteixin espais segurs de desenvolupament de la persona. Pot ser tu i jo tenim la sort de poder viure 24 hores al dia de manera lliure i expressada, però si hi ha persones que no ho poden fer, almenys que puguin trobar persones, professionals i serveis que els hi garanteixin un espai segur enmig de tanta hostilitat i que no els mirin com a inferiors pel simple fet de no visibilitzar-se perquè tot sovint, dins seu, hi ha una acceptació de qui són i una superació dia rere dia del fruit del context hostil en el qual viuen.

Respecte a la segona pregunta que plantejava, vull fer referencia a les paraules d'en Miquel Missé "(...)les paraules són, en efecte,, importants, però més ho som les persones. Les paraules són eines per comunicar-nos, per pensar-nos, per donar sentit a la nostra vida. Tanmateix, cal recordar sempre que nosaltres no som les paraules" .Esmento aquesta reflexió perquè, tal com comentava a l'inici del text, pot semblar que el fet d'assumir la pròpia identitat impliqui necessàriament etiquetar-te com a homosexual, bisexual, gai, lesbiana... tanmateix, aquestes paraules estan encasellades dins d'un concepte de gènere binari (home-dona) i per tant, en la meva opinió, fomenta la idea que hom ha de sentir-se o home o dona per poder definir la seva identitat sexual obviant les realitats de cada cop més persones que flueixen en el gènere o que simplement no se senten còmodes identificant-se amb els gèneres tradicionals, per no dir, que tal com il·lustrava Kinsey en la seva escala de la sexualitat humana, hi ha moltíssims tipus d'orientacions sexuals que no es redueixen a gai, lesbiana,bi i que l'orientació sexual pot anar canviant. Arribo, per tant a la conclusió de què la teoria ens ajuda a entendre però no pot aplicar-se com un dogma a seguir.

Com a conclusió, vull animar-te, a ser tu mateix, tu mateixa, a viure lliure en el teu interior, i a acompanyar a les persones que tens al teu voltant des del valor intrínsec que tenim tot ésser humà i que és inalterable. Penso que estem en un nou camí on tard o d'hora deixarem de considerar-nos home, dona, bisexual, homosexual, per considerar-nos simplement persones i no caldrà més visibilització ni més deconstrucció. Mentrestant; seguim treballant plegats.

1 MISSÉ, M. (2012) Transsexualitats. Altres Mirades Possibles. Barcelona. UOC.


Abel Huete



ABEL HUETE neix a Barcelona al 1992 i arriba a terres de ponent al 2012 per iniciar els seu estudis en Treball Social. Tècnic especialitzat en l’atenció al col·lectiu LGTBI desenvolupa la seva activitat professional a l’Associació Antisida de Lleida i a Colors de Ponent com a vicepresident. Fruit de la seva experiència professional i personal, participa també com a ponent en jornades formatives organitzades per d’altres entitats com AMPGIL o Protestants Inclusius de Barcelona.